lunes, 28 de junio de 2010

Dejando la Gerencia de Laprog: Parte 6 (Formando el Equipo)

Foto tomada a principios del 2007


Como mencioné en mi anterior entrega (Parte 5 Vendiendo), quiero contarles sobre las primeras experiencias en contratación de personal.

Formando el Equipo

Tengo algunas experiencias de infancia que fueron las únicas que me prepararon para lo que sería manejar personal. Cuando era muy pequeño veía cómo mi mamá compraba lo que para mí eran cientos de regalos de navidad, lastimosamente cuando me acercaba satisfecho con la utópica imagen, se me hacía saber que esos eran los regalos para los hijos de los trabajadores de las fincas. Evidentemente de niño esa no era una noticia muy grata, pero hoy entiendo lo importante que fue para mí recibir esos ejemplos de mis padres.

Retomo ese recuerdo porque si algo tenía claro es que no quería trabajar en una empresa donde la amistad, el amor, la confianza, el respeto, la admiración y demás estuvieran regulados por una jerarquía. Además le debo sumar uno de los mayores regalos de ParqueSoft: la informalidad entendida como el respeto a la personalidad y la capacidad mental, por encima de la capacidad de aparentar (antes iba a la oficina de pantalón y camisa, ahora siempre que puedo estar en Cali llego en bermudas y sandalias, no por rebelde, sino por comodidad pues simplemente así soy yo).

Así pues tuvimos la oportunidad de compartir nuestra visión de empresa y de educación (recuerden que en ese momento sólo hacíamos tecnología educativa) con nuevos empleados, nuevos amigos, dado que ya teníamos varios contratos firmados con clientes expectantes.

Iniciamos nuestro "proceso" de selección, que no ha cambiado mucho. Publicamos avisos en páginas gratuitas, recibimos correos, hicimos entrevistas informales y tomábamos la decisión. Es decir, ¿Quién le enseña a un emprendedor cómo debe contratar? y todavía más difícil ¿Cómo administrar talento humano? Lo único que sabía al respecto lo había aprendido en diferentes libros empresariales, la mayoría de la serie de Bussines Harvard Review de El Tiempo, sin embargo una cosa es la teoría aplicada a grandes empresas estadounidenses y otra muy diferente a la práctica en una microempresa colombiana.

Una de las experiencias más memorables fue con el primer desarrollador que contratamos fuera de Jose. A Mauricio se le encomendó verificar las mejoras del software que proponía Green SQA la empresa de Calidad de Software contratada por nosotros para tal fin. Resulta que habían reportado algo así como 79 fallas en el sistema, fallas que transmitimos a Mauricio y el se encargaría de corregir dichos problemas. No sé a ciencia cierta cuánto tiempo transcurrió, pero cuando terminó y enviamos la nueva versión a Green, ¡Nos devolvieron un reporte con 160 fallas! Y si a eso le sumamos que a Mauricio se le dio acceso al teléfono del cual abusó llamando a celulares constantemente, no nos dejó otra opción que despedirlo.

Ese fue mi primer despido y no me gustó. Evidentemente Mauricio no tenía el perfil que necesitábamos, pero tampoco nosotros sabíamos cómo controlarlo y guiarlo. Pero lo que no me gustó fue la forma como hicimos su despido. Dado que no teníamos recursos para contratación laboral, hacíamos (y hacemos) contratos por prestación de servicios. Pero a el no se lo habíamos hecho firmar, por lo que para el día del despido se le pidió que firmara ese contrato y luego, sin que él lo esperara le pasamos un acuerdo bilateral para acabar dicho contrato. Evidentemente a el no le gustó, ni a mi, pero yo tenía al lado al abogado y si hay algo a lo que los colombianos le tememos es a un abogado en contra de uno.

Me arrepiento mil veces de haber aceptado dicho procedimiento, espero que Mauricio algún día entienda que el hizo parte de un proceso de aprendizaje y que por mi inexperiencia y miedo, permití que eso pasara.

Afortunadamente para nosotros el reemplazo de Mauricio, hace 5 o 6 años fue Diego, actual Director de Desarrollo de Laprog. Diego es para mi una de las mejores experiencias de contratación de talento humano y de trabajo en equipo, es sencillamente un gran profesional y un excelente ser humano. Durante este tiempo lo hemos visto graduarse, crecer profesionalmente, estar al filo de la muerte en un accidente, recuperarse luego de 4 meses, asumir el cargo de Director de Desarrollo, casarse y por último, ser padre. Saber que una idea de empresa aportó a que Diego pudiera cumplir todos esos retos personales, es una de las mayores satisfacciones que puedan existir.

El manejo del talento humano en una empresa de software puede ser en verdad lo más complejo que existe, porque si no se administra adecuadamente se puede llevar a la misma quiebra. Es como si uno tuviera una empresa que fabrica carros pero uno no sabe operar las máquinas que los hacen; es así porque una empresa de software es una fabrica de conocimiento y hasta el momento, ¡Para fabricar conocimiento seguimos necesitando talento humano! (hasta que Laprog invente otra forma).

Posteriormente pudimos contratar dos personas más: Andrés y el primer Revisor Fiscal que tuvimos (no recuerdo su nombre).

Andrés era un estudiante de publicidad de la Universidad Autónoma de Occidente en Cali. Su trabajo era principalmente realizar plantillas Web. Decidimos contratar un diseñador fijo dado que teníamos 3 diseñadores externos a los que nos costaba mucho controlar y terminábamos incumpliendo a los clientes y entregando diseños no muy atractivos.

Andrés no tenía mucha experiencia Web pero tenía el suficiente sentido común para tener un portafolio personal muy atractivo en la Web - increíblemente la gran mayoría de diseñadores nos mandan hojas de vida hechas en Word, sin plantilla, sin diseño - además venía recomendado por un cliente nuestro.

Andrés empezó con nosotros y muy poco tiempo se acomodó a su puesto y además lo desarrolló. Esa era y sigue siendo una característica de todo el que entra a trabajar en Laprog, tienen la oportunidad de crear perfiles de cargo, pues muy seguramente antes de ellos no había nadie. Andrés hizo un excelente trabajo en ese aspecto, pues dejó claro en Laprog qué tipo de perfil queríamos para ese cargo.

Por otro lado, el Revisor Fiscal Pepito Perez, no dio en el clavo. La única razón por la que decidimos contratarlo (nos cobraba bastante comparado con otros), era que fue profesor del Icesi y que además venía recomendado por Carlos Espíndola el abogado que nos asesoró en un principio con la formación de la empresa.
Él nunca contestaba el celular, tenía los papeles atrasados, ¡nunca revisó nada! Tocó pues, muy a mis 21 años, hacer una de las cosas que más vergüenza me ha dado en la vida, despedir a alguien que me doblaba la edad. Afortunadamente para mi, el lo facilitó todo, aceptó y nunca más volvimos a saber de él.

Resultó entonces que al final de nuestro segundo año ya habíamos consolidado los siguientes cargos: Director Jurídico (Freddy, socio), Director Desarrollo (Jose, socio), Director de Diseño (Andrés), Directora de Comunicaciones (Mónica), Contador (Juan Carlos, empresa de ParqueSoft), Desarrollador (Diego), Administradora (mamá) y Gerente (yo).

Hace poco leí en Technology Review, el caso de una empresa de diseño de partes de carros eléctricos, en que todos los empleados son dueños de parte de la empresa por tanto es una empresa de conocimiento. Pero no tienen una pequeñísima parte como la tradicional opción de acciones típica del Sillicon Valley, no, son socios con participaciones suficientes como para exigir ser escuchados.

Alguna vez propuse informalmente el tema entre los accionistas y fue rechazado del todo. Sin embargo creo que en la sociedad del conocimiento y la misma sociedad que ya evidenció que el capitalismo tal y como lo estamos desarrollando no mejora la calidad de vida de la gran mayoría, el caso leído en esa revista debería tomarse en serio, pues en empresas como Laprog el personal lo es todo y su continuidad y compromiso pueden o potenciar o destruir un plan estratégico.

Finalmente, después de estos pocos años ya he tenido que trabajar con decenas de personas que han significado mucho para mi y para la empresa, algunos son amigos, otros no tanto, incluso hay exnovias en el camino. He cometido varios errores en el manejo del personal, pero creo que el mayor error que he cometido es haber abandonado mi convicción sobre cómo deben ser las relaciones laborales, que en verdad deberían dejar de ser laborales, para simplemente ser relaciones y de esa manera permitir a las personas desempeñarse y mejorar como tal.


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