martes, 29 de junio de 2010

Dejando la Gerencia de Laprog: Parte 7 (Vendiendo la empresa a Comfandi)

Al principio de todas estas entradas advertí que era posible que no recordara todas las anécdotas de manera cronológica y por tanto me sería dificil respetar la línea del tiempo. Hoy ocurre una de esas situaciones.

Resulta que a principios del año 2004 la empresa estuvo en graves problemas financieros. Hasta diciembre del 2003 nuestro único cliente era Comfandi, negocio que una vez más fue posible gracias a Javier Cabal (lo que demuestra que sin contactos todo es más difícil). Sin embargo al enero siguiente conseguí que el Instituto Julián Mendoza (IJM) de Buga nos contratara por 20 millones de pesos para entregarles un Portal Educativo junto con un Learning Management System (LMS), para lo cula haríamos nuestro primer negocio con Nuevos Medios, una empresa de ParqueSoft que desde el principio fue nuestro padrino.

¿Recuerdan que en una entrada anterior les hablaba de un cliente que aún nos debe 13 millones de pesos? Resulta que el IJM nos pagó el adelanto de 7 millones y cuando ya tenía que pagar la segunda parte, en vez de pagarnos, nos amenazó con demandar. No recuerdo bien sus razones pero en una terrible carta enviada por su "abogada" el IJM llamaba a aplicar la cláusula penal del contrato que mediaba nuestra relación. Para quienes no están familiarizados con este tipo de cláusulas, en ella se hace referencia a que si alguna de las partes no cumple (como no pagar por ejemplo) además de tener que cumplir lo pactado, deberá pagar una multa cuantiosa.
Gracias pues a su fabulosa carta terminamos respondiendo que perfecto que ahora no sólo nos debían 13 millones sino 18 millones. Nunca volvimos a saber de ellos y decidimos no cobrar dicha plata dado que se trataba de una institución educativa, que además es de mi ciudad natal, sus estudiantes no tienen la culpa de que su universidad tenga semejante abogada.

Mientras todo eso ocurría pasó lo siguiente, esto sí, cronológicamente:
1. Pagaron 7 millones por anticipo.
2. Pasamos de vender 390 mil pesos mensuales a tener 7 millones en un sólo mes (éramos millonarios)
3. Compramos 3 computadores Dell por 9 millones de pesos (cuando llegaron pensé que era el hombre más feliz del mundo).
4. Me emancipé, ahora vivía sólo por mi cuenta.
5. Nos llegó la carta de la amenaza de "demanda"
6. Casi me tiro al piso a llorar.

Cuando ya estábamos en el sexto punto de la lista gloria-quiebra, estaba yo en ParqueSoft (cuando quedaba en Yumbo) y comencé a llamar a cada uno de los socios indicando cómo íbamos a cerrar la empresa.
Quince minutos después me llamó Orlando Rincón a preguntarme si estaba interesado en participar en el Fondo de Capital de Riesgo de Comfandi.

Después de haber llamado de nuevo a los socios a decirles que mentiras que estaba molestando, empecé a crear el segundo plan de negocios de Laprog (el primero lo había hecho en la Universidad para la materia de Espíritu Empresarial).

El proceso consistía en hacer un excel prediseñado por Jose Arbey Maldonado que era el asesor financiero de ParqueSoft y quien junto con Orlando convencieron a Comfandi de llevar a cabo el programa; también había que realizar una presentación.
Como excel y power point todo lo pueden, Laprog quedó hecha una súper empresa multinacional según mis documentos.

Una vez recibidos los documentos Comfandi recibía al gerente de cada empresa en una especie de panel de expertos con profesores del Icesi, Javeriana, gente de Fiducolombiana (en ese momento Corfivalle) y otras personas de Comfandi. Yo era casi el último en presentarme y pude ver cómo mis colegas no hacía una adecuada presentación, pues demostraron que eran muy buenos técnicos pero que no tenían las habilidades mínimas gerenciales necesarias para emprender una empresa (no digo que yo las tuviera pero sí que las aparentaba).

Una vez fue mi turno hice lo que mejor sabía hacer, coqueteé con cada una de las mujeres que hacían parte del panel pues sólo habían dos hombres. Obviamente también toree muy bien cada una de las preguntas que esperaban dichos panelistas, me corcharan. Cada uno de los integrantes del panel tenían que escribir sus apreciaciones en un formato que luego sería leído por un amigo que era quien iba a dirigir el proyecto, en uno de los formatos me leyó "no sé de qué habla, pero tiene lo que se necesita para triunfar", o algo por el estilo.
No digo que no escogieran a Laprog por sus virtudes, pero sí digo que tiene mucho que ver las sensaciones que uno como persona despierte en su público y tal vez la seguridad es la más importante.

En fin, nos dieron 68 millones de pesos por el 8,5% de las acciones, lo que automáticamente valoró la empresa en unos 750 millones de pesos, en sólo su primer año de vida.

Después de eso mi empresa dejó de ser una empresa a nombre de Alejandro Moreno a ser Laprog Software S.A. que tenía entre sus accionistas a la Caja de Compensación del Valle. Comfandi invirtió en 17 empresas de las cuáles sólo 3 siguen vigentes, que aunque suene a fracaso es todo un éxito pues a nivel mundial se habla de un 10% de éxito.

Gracias a los recursos de Comfandi pudimos no sólo salir del problema generado por el incumplimiento del IJM, sino que pude seguir viviendo solo en un hermoso pero pequeño apartaestudio en Sant Antonio, el barrio más lindo de Cali y sobre todo pude salir a vender en Cali, Armenia y Manizales, como lo anoté en quinta entrega.

Aún hoy Comfandi es nuestro accionista y ha sido muy interesante para nosotros contar con ellos en nuestra asamblea donde anualmente nos exigen como una empresa grande, como ellos.

Como ejercicio de introspección y por si de pronto esto le da mayor contexto a lo aquí descrito, abajo encuentran la presentación realizada a Comfandi y el modelo de valoración usado.

lunes, 28 de junio de 2010

Dejando la Gerencia de Laprog: Parte 6 (Formando el Equipo)

Foto tomada a principios del 2007


Como mencioné en mi anterior entrega (Parte 5 Vendiendo), quiero contarles sobre las primeras experiencias en contratación de personal.

Formando el Equipo

Tengo algunas experiencias de infancia que fueron las únicas que me prepararon para lo que sería manejar personal. Cuando era muy pequeño veía cómo mi mamá compraba lo que para mí eran cientos de regalos de navidad, lastimosamente cuando me acercaba satisfecho con la utópica imagen, se me hacía saber que esos eran los regalos para los hijos de los trabajadores de las fincas. Evidentemente de niño esa no era una noticia muy grata, pero hoy entiendo lo importante que fue para mí recibir esos ejemplos de mis padres.

Retomo ese recuerdo porque si algo tenía claro es que no quería trabajar en una empresa donde la amistad, el amor, la confianza, el respeto, la admiración y demás estuvieran regulados por una jerarquía. Además le debo sumar uno de los mayores regalos de ParqueSoft: la informalidad entendida como el respeto a la personalidad y la capacidad mental, por encima de la capacidad de aparentar (antes iba a la oficina de pantalón y camisa, ahora siempre que puedo estar en Cali llego en bermudas y sandalias, no por rebelde, sino por comodidad pues simplemente así soy yo).

Así pues tuvimos la oportunidad de compartir nuestra visión de empresa y de educación (recuerden que en ese momento sólo hacíamos tecnología educativa) con nuevos empleados, nuevos amigos, dado que ya teníamos varios contratos firmados con clientes expectantes.

Iniciamos nuestro "proceso" de selección, que no ha cambiado mucho. Publicamos avisos en páginas gratuitas, recibimos correos, hicimos entrevistas informales y tomábamos la decisión. Es decir, ¿Quién le enseña a un emprendedor cómo debe contratar? y todavía más difícil ¿Cómo administrar talento humano? Lo único que sabía al respecto lo había aprendido en diferentes libros empresariales, la mayoría de la serie de Bussines Harvard Review de El Tiempo, sin embargo una cosa es la teoría aplicada a grandes empresas estadounidenses y otra muy diferente a la práctica en una microempresa colombiana.

Una de las experiencias más memorables fue con el primer desarrollador que contratamos fuera de Jose. A Mauricio se le encomendó verificar las mejoras del software que proponía Green SQA la empresa de Calidad de Software contratada por nosotros para tal fin. Resulta que habían reportado algo así como 79 fallas en el sistema, fallas que transmitimos a Mauricio y el se encargaría de corregir dichos problemas. No sé a ciencia cierta cuánto tiempo transcurrió, pero cuando terminó y enviamos la nueva versión a Green, ¡Nos devolvieron un reporte con 160 fallas! Y si a eso le sumamos que a Mauricio se le dio acceso al teléfono del cual abusó llamando a celulares constantemente, no nos dejó otra opción que despedirlo.

Ese fue mi primer despido y no me gustó. Evidentemente Mauricio no tenía el perfil que necesitábamos, pero tampoco nosotros sabíamos cómo controlarlo y guiarlo. Pero lo que no me gustó fue la forma como hicimos su despido. Dado que no teníamos recursos para contratación laboral, hacíamos (y hacemos) contratos por prestación de servicios. Pero a el no se lo habíamos hecho firmar, por lo que para el día del despido se le pidió que firmara ese contrato y luego, sin que él lo esperara le pasamos un acuerdo bilateral para acabar dicho contrato. Evidentemente a el no le gustó, ni a mi, pero yo tenía al lado al abogado y si hay algo a lo que los colombianos le tememos es a un abogado en contra de uno.

Me arrepiento mil veces de haber aceptado dicho procedimiento, espero que Mauricio algún día entienda que el hizo parte de un proceso de aprendizaje y que por mi inexperiencia y miedo, permití que eso pasara.

Afortunadamente para nosotros el reemplazo de Mauricio, hace 5 o 6 años fue Diego, actual Director de Desarrollo de Laprog. Diego es para mi una de las mejores experiencias de contratación de talento humano y de trabajo en equipo, es sencillamente un gran profesional y un excelente ser humano. Durante este tiempo lo hemos visto graduarse, crecer profesionalmente, estar al filo de la muerte en un accidente, recuperarse luego de 4 meses, asumir el cargo de Director de Desarrollo, casarse y por último, ser padre. Saber que una idea de empresa aportó a que Diego pudiera cumplir todos esos retos personales, es una de las mayores satisfacciones que puedan existir.

El manejo del talento humano en una empresa de software puede ser en verdad lo más complejo que existe, porque si no se administra adecuadamente se puede llevar a la misma quiebra. Es como si uno tuviera una empresa que fabrica carros pero uno no sabe operar las máquinas que los hacen; es así porque una empresa de software es una fabrica de conocimiento y hasta el momento, ¡Para fabricar conocimiento seguimos necesitando talento humano! (hasta que Laprog invente otra forma).

Posteriormente pudimos contratar dos personas más: Andrés y el primer Revisor Fiscal que tuvimos (no recuerdo su nombre).

Andrés era un estudiante de publicidad de la Universidad Autónoma de Occidente en Cali. Su trabajo era principalmente realizar plantillas Web. Decidimos contratar un diseñador fijo dado que teníamos 3 diseñadores externos a los que nos costaba mucho controlar y terminábamos incumpliendo a los clientes y entregando diseños no muy atractivos.

Andrés no tenía mucha experiencia Web pero tenía el suficiente sentido común para tener un portafolio personal muy atractivo en la Web - increíblemente la gran mayoría de diseñadores nos mandan hojas de vida hechas en Word, sin plantilla, sin diseño - además venía recomendado por un cliente nuestro.

Andrés empezó con nosotros y muy poco tiempo se acomodó a su puesto y además lo desarrolló. Esa era y sigue siendo una característica de todo el que entra a trabajar en Laprog, tienen la oportunidad de crear perfiles de cargo, pues muy seguramente antes de ellos no había nadie. Andrés hizo un excelente trabajo en ese aspecto, pues dejó claro en Laprog qué tipo de perfil queríamos para ese cargo.

Por otro lado, el Revisor Fiscal Pepito Perez, no dio en el clavo. La única razón por la que decidimos contratarlo (nos cobraba bastante comparado con otros), era que fue profesor del Icesi y que además venía recomendado por Carlos Espíndola el abogado que nos asesoró en un principio con la formación de la empresa.
Él nunca contestaba el celular, tenía los papeles atrasados, ¡nunca revisó nada! Tocó pues, muy a mis 21 años, hacer una de las cosas que más vergüenza me ha dado en la vida, despedir a alguien que me doblaba la edad. Afortunadamente para mi, el lo facilitó todo, aceptó y nunca más volvimos a saber de él.

Resultó entonces que al final de nuestro segundo año ya habíamos consolidado los siguientes cargos: Director Jurídico (Freddy, socio), Director Desarrollo (Jose, socio), Director de Diseño (Andrés), Directora de Comunicaciones (Mónica), Contador (Juan Carlos, empresa de ParqueSoft), Desarrollador (Diego), Administradora (mamá) y Gerente (yo).

Hace poco leí en Technology Review, el caso de una empresa de diseño de partes de carros eléctricos, en que todos los empleados son dueños de parte de la empresa por tanto es una empresa de conocimiento. Pero no tienen una pequeñísima parte como la tradicional opción de acciones típica del Sillicon Valley, no, son socios con participaciones suficientes como para exigir ser escuchados.

Alguna vez propuse informalmente el tema entre los accionistas y fue rechazado del todo. Sin embargo creo que en la sociedad del conocimiento y la misma sociedad que ya evidenció que el capitalismo tal y como lo estamos desarrollando no mejora la calidad de vida de la gran mayoría, el caso leído en esa revista debería tomarse en serio, pues en empresas como Laprog el personal lo es todo y su continuidad y compromiso pueden o potenciar o destruir un plan estratégico.

Finalmente, después de estos pocos años ya he tenido que trabajar con decenas de personas que han significado mucho para mi y para la empresa, algunos son amigos, otros no tanto, incluso hay exnovias en el camino. He cometido varios errores en el manejo del personal, pero creo que el mayor error que he cometido es haber abandonado mi convicción sobre cómo deben ser las relaciones laborales, que en verdad deberían dejar de ser laborales, para simplemente ser relaciones y de esa manera permitir a las personas desempeñarse y mejorar como tal.


Entrevista al Community Manager de Librería Nacional - Logró que la gente hable con LN por primera vez


Hoy John Alexander Castañeda, Community Manager de Librería Nacional y miembro del equipo de Contenidos de Laprog Software, me respondió un cuestionario que le envié con preguntas que estoy seguro todos queremos saber sobre una estrategia bien diseñada y ejecutada de administración de redes sociales para empresas tradicionales.

Particularmente como uno de los dueños de Laprog, he admirado y agradecido mucho el gran trabajo que hace John por uno de nuestros clientes. Él ha logrado que por primera vez en la historia de Librería Nacional, la gente encuentre no sólo una marca de culto por su aporte al desarrollo cultural del país, sino también una marca cercana al desarrollo académico y cultural de cada uno de sus clientes. Gracias a su trabajo en twitter y en facebook hemos comenzado a potenciar el Top of Heart de la marca de dicha empresa.

A continuación sus respuestas:


¿Cuál es tu nombre y tu cuenta en twitter?

John Alexander Castañeda Rodríguez, y mi Twitter personal, atemático y de irregular actualización @johncast78. Estoy detrás de la cuenta de Twitter de la Librería Nacional (de Colombia) @Lib_Nacional. ¡Ah!, y tengo un alter ego poeta: Jacko.

¿Qué profesión tienes?

Soy Comunicador Social y Periodista, de la Universidad del Valle, con Máster en Periodismo y Comunicación Digital, del Instituto Universitario de Posgrado, de Madrid.

¿Qué edad tienes?

32 años

¿En qué y en dónde trabajas?

Trabajo en el Departamento de Contenidos de Laprog Software, en el área de desarrollo de contenidos para diversos clientes de la empresa y en particular para la Librería Nacional, para la que se ha gestionado y desarrollado herramientas de comercio electrónico y community management,

¿Qué hacías antes de eso?

Inmediatamente antes me estuve desempeñando en el desarrollo de estrategias web para una empresa del sector de seguridad, aunque mi experiencia más amplia fue hasta desde el 2002 hasta el 2008 en periodismo electrónico al interior del área de E-Communities de Telesat S.A. y de la Unidad de Medios, de Coldecón S.A. Ahí desarrollaba contenidos para el portal institucional de Telesat, y para un proyecto de portales a nivel nacional, de los que se destacaron Caliescali.com, en Cali; y 2600metros.com, en Bogotá.

Mucha gente cree que es muy difícil contratar por fuera el servicio de Community Manager dado que dicha persona no conoce internamente la empresa, ¿cuál es tu opinión?

En ese sentido hay algunas cosas a considerar, creo, nada insalvables; la apertura y confianza generadas en ambas partes sin duda es una cuestión fundamental; en el caso particular de la Librería Nacional, ya se habían establecido, por así decirlo, dos fases, un desarrollo y gestión del sitio web, incluida una catalogación de productos en línea, que permitió con posterioridad la implementación de una estrategia de comercio electrónico. Pasar a una propuesta para ampliar los alcances de esos desarrollos desde las redes sociales, fue la consecuencia de una confianza entre el cliente y la empresa.

Otro aspecto clave es obvio pero no por ello simple: comunicación; una comunicación continua y directa entre la empresa prestadora de servicios de community management y un departamento de la empresa cliente.
Es claro que una empresa que busca este tipo de servicios debe contener internamente una estructura clara de comunicación entre sus departamentos, que responda a unos lineamientos por todos compartidos; eso es muy importante y le da a uno, como agente externo, unas fortalezas especiales; pero en todo caso, una estrategia de community management incluso para una empresa que de algún modo presente fallas o ausencia de comunicación organizacional, puede servir de asesoría continua y externa, que haga evidentes tales fallos; en ese sentido puede ser visto incluso como una ventaja, que debe redundar, dada la confianza de la que hablaba al comienzo, en un mejoramiento de procesos en todos los niveles.

Obviamente hay otros aspectos que tienen que ver con el profesional a cargo de la estrategia de community managemtent; por ejemplo, si bien se debe ser un apasionado del área de social media, no se debe ser ajeno al área de conocimiento, de acción, o de interés de la empresa para la que se está ofreciendo el servicio.

¿Cómo logra una persona que nunca ha trabajado en la Librería Nacional, hablar en nombre de ella?

Una institución, de la jerarquía y la tradición que caracterizan a la Librería Nacional puede ser intimidante; sin embargo, yo he sido y soy un cliente de la Librería Nacional, y comparto con muchos el placer de adquirir un producto editorial; me considero un buen lector y sin duda la oportunidad de servir de medio para comunicar, hablar, como dices, en nombre de ella, la tomo con orgullo.

Creo que en este aspecto, fuera de cualquier concepto técnico, media una pasión; casualmente estuve leyendo esta semana un libro, no muy famoso, pero muy esclarecedor: La lectura, metodología y técnica, de Lizardo Carvajal, en donde se reproduce una entrevista a Borges, en 1978; ya ciego, él habla con satisfacción el haber recibido de regalo una enciclopedia del 66 de Bronkhause; no la podía ver, no la podía leer, pero su presencia le era grata y “amistosa”.

Ciertamente no podría hablar de y por la Librería si no existiese y no estuviese seguro de que comparto su objetivo de difundir cultura; es un negocio, sí (de esto no debe nunca olvidarse uno), de algo tienen que vivir los libreros, los distribuidores, las editoriales, los escritores y toda la cadena, pero no me cabe duda de que aquel objetivo es fundante de todos los demás.

¿Cuál es tu objetivo como Community Manager de Librería Nacional?

Podría enumerar varios objetivos; uno que está en el terreno de lo inmediato, es potenciar la identidad virtual entre consumidores de la Librería Nacional, reforzando sus ventajas y generando más estrategias de participación, capaces de traducirse en colaboración entre la comunidad y la empresa.

En términos generales un objetivo es consolidar la comunidad de usuarios de la Librería en la red y llevarla a un nivel ideal en el que el concepto de “utilidad” de las redes sociales sea tangible, tanto para los usuarios como para las distintas expresiones del mercado de la Librería; me explico, a pesar de los años que ya llevan implantadas las redes sociales, incluyendo todas las modalidades de interacción desde foros generales en la web hasta redes específicas como las que se pueden crear con ning, todavía un grueso de los usuarios no trasciende el carácter recreativo; es preciso ir encontrando caminos para que el aspecto útil, se haga efectivo; si se me permite lo que quizá sea una digresión: poder crear el escenario para testimoniar los efectos que la lectura, por ejemplo, tiene sobre las vidas de los usuarios, situar el consumo de libros en un panorama que parece amenazante, y efectuar verdaderas reflexiones en torno a lo que la gente experimenta cuando compra o lee un libro, por más que haya otros soportes para hacerlo; asistimos a un momento en el que las tecnologías que tienen que ver con la lectura se están transformando; ser capaces de enfrentar eso y no ocupar una situación defensiva sino usarlo a nuestro favor (apoyándose en los mismos usuarios) sería un reto interesante. Este aspecto del mercado editorial y las nuevas tecnologías por supuesto sería tema de otro espacio.

¿En qué crees que has aportado a dicha empresa?

Creo que he podido aportar desde mi trabajo un puente que espero sea cada vez más desarrollado y transitado entre usuarios y la marca. También creo que he iniciado ese proceso, en el cual hay todavía mucho por crear y aprender, manteniendo la reputación de la marca.

¿Cuáles son tus herramientas de trabajo (software, fuentes, etc.)?

No creo que la parafernalia técnica influya mucho, aunque cada quien encuentra útil cosas que otros no.

Sin duda mi fuente primordial es el correo electrónico con el cual establezco comunicaciones fluidas con la Librería Nacional y varios de sus departamentos; si de software hablamos sí tengo cuidado de mantener el carácter humano de la cuenta minimizando mensajes robóticos o automáticos como los que ofrecen algunas herramientas web; en este aspecto sé que hay discrepancias entre usuarios de cuentas corporativas en redes sociales; por ejemplo, hay usuarios que avalan y ven con buenos ojos DM (Direct Messages automáticos) apenas alguien sigue la cuenta; por más personalizado que parezca ya los usuarios cada vez más adquieren sensibilidad para detectar esta y otras, y las susceptibilidades se magnifican mucho.

También, aunque sé de las bondades de herramientas como Tweetdeck y otras similares, sigo prefiriendo mi navegación tradicional, eso sí, aprovecho las herramientas mismas de Twitter: las listas de Twitter para obtener información que pueda ser relevante, para contextualización de productos por ejemplo; búsquedas (guardadas) que me dan guías para captar usuarios en potencia, así como monitorear cuando en red se hable de la marca.

Respecto al maremágnum de aplicaciones asociadas a Twitter, destaco Twhirl, SocialOomph y Monitter.

¿Cuáles crees que sean las claves para que las personas "hablen" con las marcas tradicionales?

Primero, como ya lo mencionaba, ser coherente con la identidad de la marca tradicional; un usuario offline por así decirlo, que encuentra esa afinidad en la expresión web y social de la marca tendrá más probabilidades de interactuar con ella.

Otro punto, que también tiene que ver con lo dicho en la pregunta anterior, es mantener el carácter humano; minimizar las programaciones, y aún en presencia de ellos mantenerse alerta.

Otra clave importante es identificar usuarios “líderes de opinión”, capaces de replicar información a un mayor número de seguidores; “mimarlos”, por así decirlo; hacerles sentir que la información que puedan replicar es útil y tenida en cuenta; de hecho es así.

¿Cuál ha sido el tweet o comentario más extraño que has tenido que atender?

Ha habido varios, sin duda me sorprenden (pero me abren los ojos también) los mensajes de los consumidores más jóvenes. Un usuario en Facebook escribió emocionado en el Muro de la página acerca de un libro que había buscado, y luego preguntaba dónde quedaba “esa librería”; en Twitter también ha habido ocasiones en que usuarios muy jóvenes preguntan dónde queda… Eso me abre los ojos en el sentido de que hay una generación de jóvenes para los que la librería, lejos de ser una marca tradicional, se les presenta como una marca “nueva”; el que la empiecen a conocer desde sus perfiles de redes sociales y no desde sus espacios físicos se me hace muy interesante.

¿Ha habido personas que quieran conocer a quien está detrás del perfil de Twitter y de Facebook de la Librería Nacional? Si es así, cómo has respondido a ello?

Ha ocurrido en un par de casos, pero incluso así, ha sido de carácter formal; sigo presentando el mismo tono formal, y sigo manejando el “nosotros”, empresarial; ha sido útil en particular cuando se trata de socios de la Librería o marcas que son proveedoras de la Librería; mantuve en una ocasión contacto telefónico con un distribuidor de libros, y fue una charla muy productiva, en aras de apoyar su propia experiencia en el terreno de Facebook, ya que él empezaba a tener presencia en dicha red.

Por último, dale tres consejos a los demás Community Manager de las empresas tradicionales.

1. No olvidar que uno de los objetivos es ser congruente con las políticas de la empresa en cuanto a crecimiento y alcances económicos; en especial el aspecto de lo “social” es fácil que por pasiones personales o “intelectuales” opaque, como decía líneas atrás, la realidad de que uno de los objetivos es el de la rentabilidad económica.

2. Investigar con lectura crítica; los campos del “social media” y el “community management” parecieran transformarse cada día; aparecen gurús aquí y allá; todo eso es importante, pero debe hacerse con una lectura crítica y confiar en la propia intuición; no todo lo que ha servido a uno necesariamente sirve a otros.

3. Va a sonar como consejo de preparador de reinas ;-) , pero lo considero esencial: En el aspecto del community management que tiene que ver con redes sociales, no tocar sensibilidades que tengan que ver con política ni con religión; no digo que no se puedan o deban tratar, pero no de una manera que pueda ser leída como parcializada.

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viernes, 25 de junio de 2010

Dejando la Gerencia de Laprog: Parte 5 (Vendiendo)

En verdad debería cambiar el nombre de estas entregas a "Dejé la Gerencia" pues en este momento Jose ya es el Gerente (creo que no ha tenido tiempo ni de leer la primera parte).

Ha pasado mucho tiempo desde que escribí la cuarta entrega y dado que me aterra leer lo que alguna vez escribí, no prometo que lleve perfectamente la línea ni que vaya a repetir pequeñas anécdotas.

Vendiendo

Una persona muy importante para la empresa y en especial para mi fue el célebre primer vendedor de la empresa Juan Carlos Fernández. Célebre por un sin fin de razones entre ellas: muy buen vendedor, nunca paraba de hablar, mujeriego, intenso a morir (parte de su estrategia), de espíritu joven aunque me llevara casi 20 años y de cada cinco palabras tres hacían parte de una mentira.

El llegó a ParqueSoft luego de haber vendido casas de campo, villas en un campo de golf, relojes y hasta UPS. De profesión era administrador y su pasión era el teatro. Cuando llegó a ParqueSoft habló con quien en ese tiempo dirigía una de las entidades más grandes e ineficaces de la fundación: ParqueFront. Se trataba de una comercializadora que tenía como misión vender los productos de las cientos de empresas que teníamos producto terminado.
Creo yo que al ver el porte y la inexperiencia, en software, de Juan Carlos, el Director de ParqueFront decidió desencartarse con la empresa más joven y por tanto inocente del Parque. Así pues "Alejandro te presento a Juan Carlos, cuál es su apellido?, Fernández; el puede ser un vendedor de tu producto".

Hace un par de meses mi papá me dijo que uno de mis mayores problemas es que siempre idealizo a las personas y sólo veo sus virtudes y no sus defectos. Juan Carlos era nuestro vendedor!

Con él visité decenas de colegios por todo Cali. Como yo lo conocí en traje y con maletín de cuero, pensé que mis días de bus terminarían, error. En adelante Juan Carlos y yo nos montamos en casi todas las rutas de buses que atravesaban la ciudad, desde Blanco y Negro hasta Verde Plateada. Dado que los colegios no suelen estar al pie de las vías principales (o no podrían llamarse "Farallones", "El pinar" y demás nombres campestres), usualmente llegábamos "juagados" en sudor y sin aliento a las citas del medio día (recuerde, en Cali).

Luego de las primeras citas, donde principalmente era yo el que echaba el cuentazo (llamado así por Luisa Fernanda quien luego pasó a trabajar en Eduteka.org), Juan Carlos abrió sus alas y tomó vuelo; a partir de ahí escuché 30 años de experiencia vendiendo. En sólo 12 meses Juan Carlos vendió a cerca de 40 colegios, nuestro producto. Así salió de su quiebra personal y nos ayudó a que la empresa fuera una realidad.

Con el aprendí que quien desee vender intangibles, como lo es el software, debe:

- Ser muy perseverante (hacía cerca de 30 llamadas al día)
- Tratar en lo posible de generar confianza.
- Aprenderse el nombre de las secretarías, ellas son las que hacen posible las citas.
- Cuando se trata de negociar, el cliente debe hablar primero (a veces lo veía quedarse callado pero mirando al cliente durante 30 eternos segundos, hasta que lo hacía hablar)
- Nunca decir mentiras. Esto lo aprendí a la inversa, sus mentiras nos metieron en varios problemas relacionados con las expectativas del cliente.
- La imagen lo es todo, una buena presentación animada y un brochure bien diseñado y bien impreso, generar status.
- Demuestre amplio conocimiento de la industria del cliente, no sólo de tecnología.

Hoy en día soy el Director Comercial de Laprog y tres años después de que Juan Carlos dejara la empresa, recuerdo constantemente sus enseñanzas y los paseos en bus que hicimos en Cali, Armenia y Manizales.

Uno de los primeros clientes que conseguimos fue el Liceo Benalcazar de Cali, un majestuoso Colegio ubicado en el Oeste de la ciudad, es uno de los más antiguos de la ciudad. Recuerdo mucho el Colegio porque con nuestro contacto en el Colegio aprendí mucho. Veronique, que era la Psicóloga del Colegio y nieta de la fundadora, nos recibió cariñosamente pero al final nos dijo: "Yo no necesito que mis estudiantes se registren en destudio.com.co por ahora, lo que necesito es que me hagan una página Web".
A dicha petición respondí como lo sentí: "Que pena Veronique, nosotros no hacemos páginas Web". Tenía la plena certeza de que no quería una empresa que se dedicara a ello, pues en ese tiempo ya habían centenares de compañías y profesionales que hacían lo mismo, no, yo quería era crear un gran Portal de Internet para estudiantes y profesores.

Veronique volvió a escribir o a llamar un par de veces a solicitarnos de nuevo la página, por alguna razón confío en nosotros y quería era que nosotros la diseñáramos (no habían diseñadores en la empresa).
Por fin en su última llamada, recuerdo que estaba en Buga solucionando problemas con un cliente que todavía nos debe 13 millones de pesos, entendí que no podía ser gratuito que ella fuera tan insistente y por tanto decidí responderle que sí, con la condición de que insertáramos en su página Web, las funcionalidades y la comunidad de destudio.com.co, para que de esa manera Laprog no se dedicara a hacer páginas Web sino Portales Educativos.

Gracias al Liceo Benalcazar, Juan Carlos y yo ya no ofrecíamos destudio.com.co sino Portales Educativos y ello junto con la experiencia comercial de Juan, fue arrasador, pues no sólo nos diferenciamos de la competencia, sino que le hablamos el mismo idioma a las personas que toman las decisiones en los Colegios.

Una vez tuvimos la fortuna de contar con varios contratos, nos vimos en la necesidad de crecer, pues Jose, Mónica y yo terminamos siendo: Gerentes, Servicio al Cliente, Directores de Diseño, capacitadores, comunicadores, periodistas, etc. Las ventas, como es natural, nos llevaron a hacer circular el dinero al contratar personal y esa ha sido una de mis más preciadas experiencias de vida, generar empleo.

De esta manera en la próxima entrega les contaré cómo fueron las primeras contrataciones, cómo cada 15 días sufría junto con mi mamá por la nómina (creo que aún se sufre), el primer despido (fue a un contador que me llevaba 50 años y casi no duermo ese día) y en fin varias anécdotas sobre cómo un emprendedor que no conoce nada sobre manejo de personal, aprende de estas cosas haciendo y deshaciendo.


jueves, 24 de junio de 2010

Dejando la Gerencia de Laprog: Parte 4 (ParqueSoft)

Son las 4 am y toda la noche trabajé en presentaciones sobre cerámicas artesanales, productos orgánicos y ecoturismo. ¿Extraño? No, esa es una de las grandes ventajas de trabajar en el mundo del software, pues siendo éste un aspecto transversal a todas las industrias, terminas conociendo y sabiendo de todo un poco.

Advierto sobre la hora para que bajo ese contexto sea evaluada mi lucidez al escribir la presente nota.

Entrando a ParqueSoft

Una vez que mi mamá no sólo aceptó el hecho de que su hijo iba a arriesgar su futuro como profesional empleado, sino que además me apoyó incondicionalmente, empezó a trabajar en pro de mi futuro empresarial.

Su primer aporte fue decirme que una de sus primas contemporáneas hacía parte de ParqueSoft. Para ese entonces uno escuchaba hablar de ParqueSoft en el Icesi, pero no necesariamente se decían cosas buenas, al punto que se habían creado mitos urbanos como que "ParqueSoft es una incubadora que se queda con el 60% de los ingresos de las empresas" y cosas por el estilo.
Y si a eso le sumamos la poderosa palabra "contemporánea", no pude imaginarme nada más que a una tía parecida a mi mamá vendiendo ratones o cables de impresoras en una bodega oscura.

Algunos meses después, habiendo ingresado a ParqueSoft, conocí a la prima de mi mamá, Gerente de Inova, una de las empresas de software más importantes de Cali para la época.

Sin embargo el proceso de entrar a ParqueSoft inició a través de otro familiar de mi mamá que ya había mencionado: el rico del renault 12 verde, Javier Cabal.
Ya habiendo escuchado el discurso que teníamos sobre una educación integrada, sobre la posibilidad de que los colegios dejaran de funcionar como islas académicas, Javier nos invitó a un foro en Buga llamado "Lo social paga", con la clara y bondadosa idea de que nos convenciéramos de entrar a ParqueSoft.

Hacíamos parte de un panel de invitados muy interesante: Orlando Rincón por ParqueSoft y Rubén Darío Lizaralde por Indupalma (claro y Alejandro Moreno por Laprog, hace 6 años). Orlando contó sobre las grandes ventajas de apostarle a una industria del conocimiento y de manera asociada; Ruben Darío contó cómo una empresa afectada por la apertura económica y por la violencia, pasó de estar en quiebra a ser una de las más importantes procesadoras de aceite de palma, gracias a que regaló sus tierras a una cooperativa de ex-empleados que se convertirían en su principal proveedor.

Nuestra conferencia se trató de destudio.com.co (aún en desarrollo). Fue exitosa por 3 principales razones: 1. Aún hoy en día no he visto una presentación de Power Point mejor diseñada (gracias de nuevo a Alejandra Ruiz) 2. Mónica Alejandra habló durante los 5 primeros minutos 3. Por primera vez hablé ante centenares de personas y vencí ese miedo en un ambiente básicamente controlado (mis paisanos).

Menciono que Mónica hizo parte de la conferencia porque así haya yo hablado durante más de una hora y ella unos cinco minutos, Orlando se acercó a nosotros y dijo: "Ustedes deben ser parte de ParqueSoft", claro, se lo dijo a Mónica y ella quedó con su tarjeta.

Igualmente Ruben Darío nos confirmó que quería adquirir los servicios de Destudio para sus colegios en el Magdalena Medio. Negocio que nunca se concretó, tal vez porque a veces es mejor no concretar con el jefe jefe, sino con sus mandos medios.

Luego de recibir de Orlando la invitación para ser parte de ParqueSoft, nos informamos más y entendimos que todo cuanto habíamos oído eran mitos y que al contrario esta fundación parecía ser exáctamente lo que necesitábamos para despegar.

ParqueSoft tiene un ente conocido como "Comité de Emprendimiento", donde un grupo de expertos evalúan si uno tiene lo que ellos llaman "el brillo en los ojos". Aunque ya contábamos con la pre-aprobación de Orlando (además el pensaba que yo era hijo de Javier Cabal, su amigo y admirador), en dicho comité nos sentimos ganadores de nuevo, pues Nancy Fernandez, Silvia Torrente, Cala, Liliana Gómez y Jose Arbey Maldonado (creo no olvidar a ninguno), quedaron sorprendidos, especialmente por nuestra seguridad al responder y por nuestro argumento sobre el estado actual del desarrollo: "primero estamos vendiéndolo, si se vende, lo terminamos, sino para qué?".

En ese entonces ParqueSoft estaba en su mejor momento: cerca de 800 personas, el negocio con Sharp daba un aire de prosperidad; habían niños de colegios todos los días visitando Parque; fiestas cada 15 días; Orlando salía en todas las revistas y periódicos colombianos, en fin, estábamos donde teníamos que estar.

Como en ParqueSoft habían cerrado ya inscripciones de empresas por falta de espacio, nuestra llegada fue contra corriente. Nos (me) tuvieron que ubicar con otra empresa: Comsoft.

Comsoft era una empresa de un par de socios procedentes de Miranda - Cauca. Ellos tenían un sistema de Administración Académica, por lo que sería casi natural compartir espacio.
Al principio ellos tenían todas sus mesas ocupadas, al igual que sus computadores, por lo que fue necesario que nosotros lleváramos la siguiente receta:
- CPU año 2000 (regalo de grado de Alejandro)
- Monitor 15 pulgadas y 50 kilos
- Caja de cartón alta
- Mantel verde

¡Con ese coctel organizamos nuestra primera oficina! La caja era la mesa y el mantel le daba la apariencia.

Quienes conocen la interesante historia de ParqueSoft (llevamos años tratando de convencer a Orlando de escribirla él mismo), sabrán que para esa época se ubicaba en la zona industrial de Yumbo. Por lo tanto para ir a una reunión de las 8 am había que salir tipo 6 y media de la mañana a coger el primero de los dos buses que tenía que abordar, para poder finalmente atravesar la mortal autopista Cali- Yumbo.

De los tres socios yo era quien iba a la oficina diariamente, mientras tanto, Freddy trabajaba en su casa por las noches y Jose en la suya desarrollando, por fin, el famoso e inexistente destudio.com.co.

Aún durante los primeros meses, siempre que visitaba la empresa me ponía camisa, pantalón, zapatos elegantes, así no tuviera citas. Pero para mí, tenía una cita muy importante: mi primera oficina. Recuerdo aún el gran orgullo que sentía cuando mis amigos llamaban y a mis 21 años les decía que "no puedo estoy en la oficina".

Muchas cosas buenas nos ocurrieron, y especialmente a mi, una vez entramos a ParqueSoft. Descubrí que esa fundación se trata de personas, personas inteligentes y de gran corazón; y gracias a que todos los días iba a Parque, conocí a los fundadores, a los emprendedores, a los colaboradores. De casi todos aprendí muchas de las cosas que me permitieron, de ahí en adelante, dirigir la empresa con algo más que instinto.

De esta época, en la que pasamos de estar solos en un cuarto (garaje para la literatura californiana), a pertenecer a un grupo de 800 jóvenes emprendedores, hay mil recuerdos y emociones casi todos ligados a las sensaciones e impresiones que causan los descubrimientos.

Una de las tantas historias que hacen rica mi experiencia en ParqueSoft ocurrió durante el primer diciembre que pasé allá. Tal vez el 17 de diciembre del 2004, habían cerrado un negocio grande con Sharp Latinoamérica. Era uno de esos megaproyectos en los que se montaba Parque confiado en la calidad de sus emprendedores.

Varias empresas, sin incluir la nuestra, habían construido el Portal y la Intranet de Sharp. Ya habían entregado y por tanto, Sharp finalmente pagó. De navidad había decidido repartir un pequeño regalo entre las empresas y personas que más me habían ofrecido su conocimiento y alianza. Cuando llegué orgullosamente a entregar mi regalo (un cd con libros electrónicos) a Nuevos Medios, especialmente a mi amigo Juan David, lo encontré contando cientos de billetes en una mesa que estaba totalmente forrada con fajos de pesos, muchos pesos. Nunca había estado tan cerca de tanta plata.

Años después Juan David me explicaría que fue un día estresante pues a él le llegó todo el pago de Sharp, para dividirlo entre varias empresas y que de hecho ese proyecto había sido una total pérdida. No importa, para mi fue la prueba, ingenua pero prueba, de que existían los ricos del software y que yo podía ser su amigo y aliado, como ellos me lo habían hecho saber.

Ni siquiera sé cómo seguir contando todas las historias que tuvieron lugar durante esos meses, contratamos nuestra primer secretaria quien luego sería mi novia (si también ocurre en las mejores empresas); llevamos al Ministerio de Educación; visitamos el Ministerio de Educación; contratamos nuestro primer vendedor; caminé todo Cali con Juan Carlos, el vendedor; casi viajo a China; me fui a vivir solo a San Antonio el barrio más lindo de Colombia; vendimos en muchos Colegios; compramos nuestros primeros computadores; nos apoderamos de las mesas de Comsoft; lanzamos Destudio.com.co (fueron 7 personas).

Durante esos primeros meses en ParqueSoft, existimos, eso fue lo importante. Ya hacíamos parte de una industria, ya teníamos clientes y empleados. Y lo más interesante era que teníamos la posibilidad de experimentar, fueron los inicios y caminábamos como los bebés: hacia los lados y torpes, pero seguros y sonriendo, tal vez gracias a la presencia de amigos que nos rodeaban dispuestos a sostenernos si caíamos. Por eso muchas veces digo que fue vital ParqueSoft para la existencia de Laprog y para quien soy yo actualmente.

Hoy no era un día para pensar en lecciones o conclusiones Jose, hoy era un día para agradecer y tratar de transmitirte ese sentimiento que tal vez, por no haber estado físicamente desde el inicio en ParqueSoft, podrías no haber desarrollado por ellos (aún cuando desarrollar sea lo que mejor haces en la vida).

miércoles, 23 de junio de 2010

Dejando la Gerencia de Laprog: Parte 3 (Primer producto, Capital Ángel)

Destudio.com.co nuestro primer producto

Mi tiempo de estudio, ocio, rumba, familia y novia, se lo dediqué absolutamente a la empresa. Durante ese año, aproximadamente 2003 - 2004, logramos identificar que el producto que más tendría futuro era el que permitía a los estudiantes de colegio comunicarse entre ellos en un ambiente académico. Sin embargo el producto pasó de ser un messenger a un Portal educativo. Destudio.com.co fue uno de los primeros portales educativos de Colombia, existió antes que Colombia Aprende, Medellín.edu.co, EduNet; creemos que sólo lo antecede Eduteka.
Para llegar a ser lo que es Destudio pasaron un sin fin de cosas que lo fueron moldeando a él y al mismo tiempo a Laprog Software. Resulta que por alguna razón (intuición) decidí que primero quería escribir lo que sería Destudio, sacar carpetas, brochures y demás material comercial, ofrecerlo, venderlo y mientras, desarrollarlo. Pues bien, durante una de las charlas más memorables de mi vida con mis amigos de Buga, Mónica Alejandra se sentó conmigo, a filosofar sobre lo que debería ser un Portal para estudiantes. Ya a las 5 am de la mañana, en uno de los pequeños parques del barrio el Albergue de Buga, teníamos una irónica conclusión de lo que debía ser la mejor herramienta tecnológica para mejorar la educación, inspirada en el amanecer, la amistad y la cerveza (en serio, fue cerveza).

Construida la base inicie un proceso de socialización con mis socios. Álvaro, al escuchar lo que podría ser dicho Portal, me enseñó lo que eran los CMS (Content Magament System), si no me hubiera iluminado en ese campo, seguramente habríamos desarrollado todo un sistema administrador de contenidos desde cero. Jose por otro lado, estuvo constantemente conmigo pensando cómo podría ser posible lo que había concebido junto con Mónica. Durante un encuentro nacional de Ingeniería de Sistemas, celebrado en la Universidad del Valle (que irónicamente organizó quien en el futuro sería uno de los más leales colaboradores de Laprog) y durante una conferencia inspiradora de Orlando Rincón, Jose y yo terminamos por dibujar claramente lo que sería dicho portal educativo, que aún no tenía nombre.

Quien me conoce sabe que soy terrible con los nombres y por tanto temía de mi mismo al escoger un nombre para tan importante proyecto. Una de esas mañanas desalentadoras, les comenté a mis compañeras de apartamento Angélica y Mónica (otra Mónica pero también Gonzalez), que no encontraba un nombre para el Portal: "me gustaría un nombre pegajoso como deremate.com" a lo que prácticamente por simple conclusión, Mónica dijo: "pues destudio.com". Así nació el nombre de lo que en un futuro sería incluso la base del Navegador Nautilus.

Con nombre, conceptos y objetivos, corrí donde Mónica Alejandra para que me colaborara, durante una larga noche, a escribir los textos del material comercial. Una vez terminados busqué luego colaboración en la que era la mejor Diseñadora Industrial graduada del Icesi (claro hasta que PIli la desbancó). Alejandra Ruiz creó el primer logo de Destudio (algún día montaré una galería con los logos de la empresa) y los primeros brochures, que al día de hoy, siguen siendo los mejores que hemos tenido.

La empresa tenía nombre, socios, producto con nombre y brochure, ya tenía Gerente; qué faltaba? Salir a vender. Aunque el brochure no se había impreso aún, comencé a ir a las primeras citas de negocios (a mis dulces 20 años). En el Colegio Juanambú, Colombo Británico, Instituto Julián Mendoza de Buga y otros, nos recibieron a mi y a Mónica, para contarles sobre un portal, que todavía no existía; con un guión, que no estaba impreso; pero eso sí, con la convicción de que nos tenían que comprar. Pues llegó el día en que uno de ellos nos dijo que "listo que me pasen el contrato yo se lo envío a mis abogados". ¿Contrato? Con razón habían tantos abogados, siempre creí que sólo servían para meter y sacar gente de la cárcel.

El primer día de Universidad conocería a quien habría sido el peor Ingeniero de Sistemas del mundo pero que afortunadamente se convirtió en un excelente abogado: Freddy Gutiérrez. Él con el mayor de los gustos decidió verificar que el "contrato" que yo había hecho podría ser enviado a un cliente sin que eso significara demostrar nuestra grandísima inexperiencia. Su respuesta: "Alejito, eso es una encuesta, no un contrato". Mi contrato seguramente se parecería a los primeros contratos que aparecieron en el Imperio Romano: 1. El ciudadano acepta pagar impuestos so pena de muerte (El Cliente acepta pagar mensualmente $390 mil pesos, so pena de ser demandado en caso de omitir dicho pago). Al frente de cada una de las "obligaciones" del contratante, se encontraban dos cuadros, uno nombrado SI y otro con un tenue NO. Claramente no había obligaciones para el contratista.

Seguramente por la gracia que le generó dicha encuesta, Freddy aceptó ayudarnos a cambio de un "gracias". Freddy era en ese momento pasante del profesor Carlos Espíndola, quien sería un importante guía gerencial, comercial y ética para la empresa y en especial para mi. Pues después de varias trasnochadas en el incómodo estudio de la casa de Freddy, terminamos un contrato de 15 hojas. Sólo subieron un par de párrafos frente a mi contrato de 4 páginas. Además de esta colaboración Freddy era quien me transportaba inicialmente a mi y a Mónica hacia los Colegios de Cali, pues ninguno queda en alguna de las mil y un rutas de buses que había para entonces.

Además Freddy pidió prestado el portátil dañado del papá, para que cuando llegáramos a las citas pudiéramos decir que "esperara un segundo que no sabía por qué se había dañado el computador". Éramos una empresa de software del 2003, teníamos que descrestar con portátiles, no con papeles. Haciendo memoria, siempre salíamos de una cita comercial diciendo que nos había ido muy bien, nos sentíamos ganadores siempre, aunque nadie comprara. Y tal vez ese sentimiento no sólo era propiciado por la benéfica arrogancia que teníamos, sino porque los clientes nos trataban muy bien. Era lógico, teníamos 20 años y vendíamos un producto que no existía, basados en una presentación que no podíamos mostrar porque se nos acababa de dañar el único portátil (ajeno) que teníamos. Más adelante detallaré cómo si terminamos teniendo un Portal con varios clientes. Pero antes debo contar algunas otras historias que lo hicieron posible.

Los primeros socios capitalistas

Durante todos esos meses, yo tenía claro que quería continuar mi empresa pero con socios de verdad, quienes estuvieran dispuestos a trabajar hombro a hombro, día y noche, conmigo. Era claro que serían Freddy y Jose. Mónica Alejandra, a cambio de su colaboración le dimos el 4% del proyecto Destudio.com.co. Así entonces Alejandro tendría el 45% de la empresa, Freddy el 35% y Jose el 20%. Pero entonces comenzaron a escasear los 2.000 pesos del bus para las citas y no teníamos plata para imprimir brochures. Menos posibilidades teníamos cuando empezó a rodar el chisme de que unos jóvenes tenían un producto interesante y recibimos llamadas de Manizales, Armenia, Bogotá, Medellín, etc. Por esa razón decidimos acudir a mis padres que, sobre todo confiados en que harían de mi un joven feliz y no a ellos un matrimonio rico, decidieron invertir en Laprog.

El monto de su inversión fue incierto, pero fue justo cuanto íbamos necesitando con el tiempo. Creo que aproximadamente fueron 6 millones de pesos, que les mereció el 15% de la empresa. Estoy seguro que sin el apoyo moral de mi papá, las aterrizadas de mi mamá, las ansias de escuchar cada nueva buena noticia de Laprog de mi familia y sin la plata de mis padres, yo no habría podido enfrentarme al emprendimiento. Me la pusieron fácil.

Jose no pensé que me llevaran tantos párrafos contarte esto, porque normalmente esto es posible contarlo en una conferencia de media hora, creo que escribo más carreta de la que hablo. Hasta aquí puedo enumerar muchas cosas que aprendí y uso constantemente en los momentos que hay que tomar decisiones, pero las más importantes:

- Los socios son para toda la vida y es más difícil encontrar un buen socio que encontrar una buena mujer. No lo digo yo, lo dicen todos y siempre uno lo escucha, lo que pasa es que en ese momento me di cuenta que era verdad.

- Nunca desarrolles un producto que no lo has confrontado con el mercado. Primero hay que saber que hay alguien dispuesto a comprarlo. En nuestra industria es muy normal encontrar programas excelentes, que nadie los compra.

- Todos los productos del mundo tienen muchas dimensiones y por tanto deben ser validados en cada una de ellas. Fuimos afortunados en contar con visiones y opiniones de amigos, socios y colaboradores, que nos llevaron a construir productos técnica, legal, comercial, social, gráfica y financieramente robustos.

PD: Mientras terminaba de editar esta nota nos adjudicaron una licitación de la Lotería de Medellín. Me pareció bonito el momento de estar escribiendo la historia que permitiría logra este tipo de cosas.

martes, 22 de junio de 2010

Dejando la Gerencia de Laprog: Parte 2 (Universidad)

Universidad

Tal vez cada diciembre y cada septiembre me decía a mi mismo: "se acabó la pereza, ahora si vamos a estudiar en serio". Cuando era niño al único de la familia que le tomaban la lección en la casa era a mi, pues mis dos hermanos eran exageradamente juiciosos, tanto Pacho como Pili, fueron cada uno los mejores en su clase y, durante el tiempo que lo midieron, los mejores del Colegio. Yo no era así de bueno, pero todos creían que si me dedicaba tanto como ellos lo podría ser, incluso yo lo creía; pero ni yo ni mis padres lograron eso.

El tiempo que mis hermanos invertían estudiando yo lo invertía en el computador (mis papás me regalaron uno de los primeros computadores multimedia y con Windows 95 de Buga), jugando basquet, o saliendo con mis amigos a hacer "inocentes" jugarretas a los vecinos del barrio.

Al llegar a la Universidad no cambié, aún cuando siempre me hacía esa falsa promesa al inicio de cada semestre. Nunca pude con las clases de las 7, siempre mis compañeras de apartamento ,ambas amigas del colegio, hicieron lo imposible porque fuera a clase, sin ningún éxito.
Esta pereza siempre me acompañó durante mi vida académica, no me gustaba estudiar y en el colegio me funcionó no estudiar, pues igual me iba bien. Por otro lado en la Universidad sólo le dedicaba tiempo a las materias de humanidades y las de algoritmos. Pero al no estudiar nada para cálculo, físicas y matemáticas discretas, me ponía absolutamente en las manos de los profesores, quienes en su gran mayoría me dejaban pasar con un 2.9 o un 2.7, siempre con la misma frase "usted es inteligente Alejandro si tan sólo se aplicara...".

Sólo un profesor, el de Ecuaciones Diferenciales, tal vez las matemáticas más fáciles que hay, no me pasó y después de 3 intentos, me tocó estudiar. Siempre recordé a este profesor con rencor, hasta el día de hoy que escribo esto y entiendo que fue el único profesor que me exigió más de lo que yo estaba dispuesto a dar. Cuando me gradué al Colegio llegaron dos opciones de becas para mi: la Universidad Nacional y el Icesi. Ambas gracias al Icfes y el aprecio que sentían por mi los profesores influyentes.

Afortunadamente decidí estudiar en el Icesi, una Universidad que constantemente está exigiéndoles a sus estudiantes en pensar en el emprendimiento no sólo como una opción, sino casi como una obligación patriótica. - Con la beca del Icesi llegó Cien años de Soledad, un libro que intenté leer dos veces y nada, que pesar que no me guste el libro más famoso del país - Durante mis 6 años en el Icesi, asistí a todos los foros y encuentros de creatividad empresarial que realizaban. Disfrutaba como nunca de esas conferencias, pues tenía la posibilidad de escuchar a los mismos dueños de las empresas contando sus historias, en un ambiente de confianza contaban sus secretos empresariales y personales que los habían llevado al éxito.

Seguían siendo mis héroes. No puedo recordar un momento de mi vida donde haya pensado que mi futuro fuera el de un empleado en alguna empresa, cuando pensaba en Microsoft, en Google o demás, no pensaba cuánto disfrutaría trabajando para ellos, ¡sino cuánto me gustaría competirles! Aunque sabía que quería montar una empresa, no sabía a qué se dedicaría y así fue hasta que en quinto semestre vi una materia que me mostraría claramente el camino que debía coger para iniciar mi propuesta empresarial.

En Laboratorio de Programación estudiábamos los 10 o 12 que seguíamos en Ingeniería de Sistemas de la promoción 2000, luego de que entraran 60 (eso siempre fue motivo de orgullo y ahora que lo pienso es increíble que las universidades se esfuercen tanto en colar gente). En esta materia mis compañeros reconocían en mi y en Jose Humberto, que se convertiría en mi mejor amigo y compañero de la Universidad, un par de "pepas" a los que la programación se les facilitaba y además podían, creativamente, liderar un proyecto. Por esa razón nos encargaron la Gerencia del proyecto que deberíamos realizar entre todos.

Para facilitar la comunicación entre los miembros de la clase, Juan José Cardona creó la lista de correo labprog@hotmail.com. A esta lista le debemos el nombre a nuestra empresa. Como proyecto decidimos crear un programa que permitiera a una empresa crear cualquier curso infantil de idiomas. Fue el primer programa creado en Colombia con tecnología .Net, según nos contaría posteriormente nuestra profesora, pues el Icesi había sido la primera Universidad y empresa en adquirir dicha tecnología en el país. Al final entregamos un programa llamado "Habla Alemán" que a través de divertidos juegos les enseñaba a los niños las palabras básicas del idioma y su pronunciación.

La nota final fue 5. Durante el proyecto entendí que Jose, mi amigo, era un genio y que como tal debía convencerlo de hacer parte de mi proyecto empresarial que ya era un poco más real, pues ya sabía que quería llamarlo "Labprog", afortunadamente, un día en Buga mis amigos me hicieron ver lo difícil de pronunciar que era y que por tanto debería quitarle la b, para así por fin, llamarse "Laprog" + "Software" = Laboratorio de Programación de Software. ¿Fácil de pronunciar cierto? Mi mamá duró dos años cambiándole el nombre a la empresa en cada llamada: "con Imelda de:" lampró, lapró, lagpró, etc. Igualmente los primeros clientes. Fue en sexto semestre de Ingeniería de Sistemas (cuando se comienza a poner verdaderamente duro) que decidí iniciar formalmente la empresa. Lo primero que hice fue convencer a los más pepas que conocía para que hicieran parte de ello. Por eso invité a Guillermo Andrés Londoño, Álvaro Bueno, Jose Humberto Ochoa y Carlos Andrés Arismendi. Los cinco íbamos a crear el primer Laboratorio de Programación en el mundo corporativo, permitiendo que decenas de universitarios probaran sus tecnologías en los mercados. Para iniciar, cada uno aportó un proyecto: Geolocalización de unidades de emergencia móviles en una ciudad, Un messenger para Colegios, un sistema para hacer pruebas de caja negra de manera automática, un radio Wifi para conectarse a las emisoras virtuales.

Sin embargo, una empresa con tantos socios para iniciar no era viable. Además el único que en ese punto sabía que quería dedicarse a esto por el resto de su vida era yo. Y pasaron algunas cosas con cada uno de los socios que hicieron que sólo Jose y yo quedáramos y además entraran otros. Si de pronto las historia me va permitiendo contar esos detalles, lo haré, por ahora contaré qué ocurrió con Carlos Andrés.

Resulta que Carlos es uno de mis mejores amigos desde que tengo 13 años tal vez. Con él viví el primer año de la Universidad y siempre tuvimos una excelente relación. Siempre lo admiré por su inteligencia y disciplina. El entró a estudiar Administración de Empresas en la misma Icesi. Todo esto lo hacía el candidato perfecto para encargarse de la Administración de Laprog. Cargo que aceptó inmediatamente. Recuerdo mucho que trasnochábamos algunas veces para hacer presupuestos, puntos de equilibro, brochures y bases de datos de clientes. El tenía a su cargo las ventas. SIn embargo Carlos tenía claro que su futuro estaba en un importante cargo en una gran empresa, como efectivamente no ha hecho sino cumplir, pues ha pasado por Liberty, Colgate y otra que no recuerdo el nombre. Es un gran Administrador.

Y precisamente por la falta de un Administrador, fue que a me tocó alejarme del capítulo técnico de la empresa y dedicarme a lo comercial, al mercadeo (que siempre había disfrutado pero no era consciente de ello) y a las finanzas. La salida de Carlos de la empresa fue demasiado importante para el futuro de la empresa y para mi vida profesional, pues hasta ese momento veía mi futuro contribuyendo en el desarrollo técnico de los productos, no en la dirección de una empresa. Irónicamente el capítulo de la Universidad no termina con un título. Un par de años después de lo aquí narrado, no había renunciado a terminar la Universidad, sin embargo un día tuve que escoger entre ir a un examen de "Electrónica" o ir a una cita con la Viceministra de Educación en Bogotá.

Como dije en un correo recientemente escrito, mis decisiones casi siempre las tomo basado en la intuición. Yo intuía que en un futuro la cita con la doctora Juanita, sería mucho más importante que un examen (que además seguramente perdería). Cuando volví a Cali y le expliqué mis razones tanto al profesor como a mi Director de Carrera, me dieron la opción de pagar 80 mil pesos y presentar un supletorio. En vez de ello, abandoné la Universidad. A mi mamá hasta hace muy poco le afectó mucho que yo no haya terminado la Universidad; mi papá por otro lado entendió mis razones y me dio sabios consejos al respecto. Sentí muchísima nostalgia y envidia cuando empecé a ver las fotos de los grados de mis amigos.

Actualmente quiero terminar mi carrera, una vez tenga el tiempo, sobre todo, para no ser un cero a la izquierda para el mundo académico, pues no puedo ingresar formalmente al mundo académico sin obtener dicho título (así ya haya sido incluso profesor universitario). Pero también es importante decir que nunca me he arrepentido de haberlo hecho. Gracias a ello dediqué todo mi tiempo a crear una empresa que hoy genera empleo en cuatro ciudades del país y eso me parece más valioso que un título de una carrera profesional. Lamentablemente tuve que escoger pues no eran viables al mismo tiempo ambas opciones.

Jose, escribo todo esto, de nuevo para llegar a unas enseñanzas que me dejó esta etapa de mi vida y además porque temo que si no lo escribo ahora, en unos años la historia será muy diferente a la real, pues no me conocen por mi buena memoria. - Las oportunidades de negocio están en todos lados, lo importante es mirar el mundo con esas gafas, con las gafas de las oportunidades. - Muchas veces hay que decidir con las entrañas (no quería decir corazón por trillado pero es verdad).
Como hombre de lógica que eres Jose te será más fácil ver algunas cosas que posiblemente yo no veía, pero si algún día no encuentras suficientes argumentos, no temas tomar caminos inciertos basado sólo en la intuición.

- Todos tienen planes para nosotros, nuestros padres, profesores, amigos, hermanos, hijos, novias, todos. Siempre estarán ahí para hacértelo saber si algún día te "descarrilas" de esos planes, por eso es muy importante que tengas tu propio plan y que te apegues a él, sin dejar de escucharlos a todos, pues a veces uno no camina hacia su propio bien.

- Para liderar un proyecto se requiere respeto y el respeto se gana con hechos, criterio y conocimiento; no con títulos ni cargos. ¡Tal cual como hicimos en Labprog!

- Tal y como dice Orlando Rincón, en los estudiantes universitarios se encuentran las muchas de las mejores ideas de productos innovadores, no dejemos nunca de crear junto con ellos pues al final, con más de 6 productos en cuatro líneas diferentes, sí terminamos siendo un Laboratorio, casi un producto al año.